sábado, 14 de febrero de 2015

ASEO Y CUIDADOS

Es importante frotar y cepillar minuciosamente al caballo. Esto permite mantenerlo en buenas condiciones, garantizarle una buena circulación sanguínea y eliminar ciertos parásitos.
Necesitaremos el siguiente material:

  1. Un cepillo duro para caballos 
  2. Una almohaza o rascadera 
  3. Un cepillo suave
  4. Otro cepillo 
  5. Un pujavante para los cascos 
  6. Un peine para las crines 
  7. Grasa para los cascos
  8. Dos o tres esponjas 
  9. Un paño de lana 

Primero, con ayuda del pujavante, se retira el barro y las piedrecillas incrustadas bajo los cascos, desde atrás hacia delante, es decir, desde el talón en la dirección de la pinza o lumbre.
Generalmente se empieza quitando la suciedad que nos adhiere; se comienza por la izquierda del animal, de delante hacia atrás, con un movimiento de vaivén del cepillo duro, que viene limpiar regularmente golpeándolo contra un suelo duro y húmedo.
Si el pelo es largo y tiene mucho barro, también se puede emplear una almohaza de caucho.
Hay que prestar especial atención a las zonas donde los pelos están pegados. Una vez terminados los dos flancos se cepillan las crines a contrapelo del cuello y se vigila especialmente su limpieza. Luego se dejan caer las crines la naturalmente.
Mantendremos bien limpio el cepillo suave pasándolo a través de los dientes de la almohaza.
Cuando el cuerpo, las patas y las crines estén bien limpios, se puede pasar a la cabeza.
Para esta operación hay que soltar momentáneamente el ronzal y enlazarlo alrededor del cuello del caballo. Al acabar con estos cuidados, volveremos a atar el ronzal.
Una esponja se usará para limpiar los ojos y los ollares, y la otra, para las partes próximas a los órganos sexuales.
Desharemos los nudos de la cola sepárandola en pequeños mechones y cepillandolos de arriba a abajo. Limpiaremos los cascos con el pujavante adecuado; Cuando estén impecables, podremos mejorar más aún aspecto aplicando grasa para los cascos. Esto, además, evitará que se resequen.
Para darle el toque final al trabajo, podremos abrillantar la capa con un trapo de lana.
El caballo presentará un aspecto reluciente y desbordante de salud.

 



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